Querido niño sin nombre,
Sé tu historia desde el jueves y quiero que sepas que he llorado por ti.
Sé lo que estás viviendo.
Puedo sentir tu miedo teniendo que ir a dormir a casa de tu padre.
Cómo ni tu madre ni tú dormís por tus terribles pesadillas en las que sueñas que le pasan cosas horribles. Me ha contado los ataques violentos que estás teniendo por las mañanas, y veo lo solo que estás.
Tu madre se ha metido en una burbuja para sobrevivir a todo lo que vivió y ahora no es capaz de sacarte a ti.
Porque tú aún no has salido.
Sé que tienes que dormir con él en su misma cama, porque vive en una sola habitación y que duermes en un cojín en el suelo cuando trae a una de tantas mujeres a su cama.
Sé que has tenido que construir una parte de ti que lo ama para poder convencerte de que no es tan malo estar ahí. En tu cabeza hay tantas partes y tan polarizadas que a veces es imposible para ti saber quién eres y quienes son los demás.
Estás tan lleno de ira.
Y con tanto, y tantas personas alrededor; educadores, profesores, psicólogos… no escapas a la incomprensión.
Y es que a veces lo más fácil es culparte a ti. Pensar que eres como tu padre.
Sí, sé que notas que tu madre también lo piensa y eso es lo que más dolor te causa.
Conozco bien lo que el miedo es capaz de hacer dentro de las personas, lo conozco en primera persona.
Querido niño sin nombre, he hablado con ella.
Como tantas veces he intentado, como tú con tu violencia, despertar la rabia dentro de ella para que despierte. Está haciendo todo lo que puede pero todo es terriblemente insuficiente para ti y tu dolor me llega. Sé que las educadoras han llamado a tu padre, por fin después de un año con él parecen darse cuenta de que tu comportamiento tiene que ver con lo que vives allí. Sí, lo sé, el mundo adulto es absurdo, lento, ciego, cruel, desconectado y a veces tan profundamente negado como para entender cómo te sientes.
Algún día descubrirás lo complicado que es el entramado violento que ha llevado a tu padre y a tu madre a darte una existencia tan difícil. Algún día, quizás, podrás sentir todo el dolor que llevan ellos dentro, que llevamos todos. Tú también crecerás y muy posiblemente pondrás tu parte en esta cadena interminable.
Pero quiero que sepas que dentro de ti hay una parte que quedará protegida, sin dañar, una parte que te mantendrá conectado con la vida. Muy posiblemente tus partes protectoras la esconderán tan bien que puede que casi no te des cuenta de que estás ahí. Pero estarás, y un día puede que conozcas a otro ser humano que te refleje esa parte y al sentirla obtengas la fuerza suficiente para empezar a sanar tanta herida profunda.
Querido niño sin nombre, este cuento es para ti. No te conozco pero te llevo en mi corazón.
EL HADA BUENA (Adaptado por Jan Mullen de un informe de Tara Brach de una cliente, “Rosalie” encontrando una guía en una sesión de terapia IFS)
Desde las esquinas donde el silencio permanece, llega la urgencia de subir a lo alto de una montaña y gritar la verdad. Y pedí a Dios, al universo – «¡Duele demasiado, no puedo soportarlo!»- y ella vino a mi, el poder de mi mente, la energía del universo, un ángel azul, como el hada buena del Mago de Oz. Me senté con las piernas cruzadas en el suelo de mi habitación, mirando hacia arriba, con más o menos ocho años. Ella me dijo, «Cariño, este es el trato. Están pasando muchas cosas aquí y no tengo el poder de hacer que se vayan, de conseguir que todo esté bien, o tan siquiera de ayudarte a llevarlo de tal manera que no te cause daño. Lo que puedo hacer, cariño, es ayudarte a pasar por esto mientras esté sucediendo. Volverá a ti, pero solamente volverá más adelante, cuando seas capaz de manejarlo y haya alguien para ayudarte.» Entonces, le dije, «De acuerdo porque ya no puedo soportar más.»
Ella movió su varita y dijo: «Voy a mandar estas cosas que están pasando a diversas partes de tu cuerpo, y tu cuerpo las guardará como un cofre del tesoro, como una cápsula del tiempo. Tu corazón, tu corazón está roto y voy a tener que dejar tu caja torácica cerrada alrededor de él y dejarlo bien apretado de manera que no puedas sentir su dolor mientras se rompe. Y voy a apretar fuerte tu cuello y convertirlo en una fortaleza con los más altos muros, para que tus sentimientos no puedan llegar a tu garganta, y así no puedas ponerles palabras. No podrás llorar pidiendo ayuda ni gritar tu rabia. Y tampoco podrás respirar muy profundo para poder sentir lo que le ocurre a tu cuerpo. Y esa fortaleza evitará que lo que tu cuerpo sabe que le está ocurriendo pueda conectar con tu cabeza, así no serás completamente consciente de ello. Y ataré tus orejas, de manera que oigas pero no pueda entrar mucho.»
“Quiero que seas una niña tranquila y algo vergonzosa, de manera que no interrumpamos lo que está sucediendo para ponerlo muy cuidadosamente en su sitio. Y se quedará de esta manera. Tendrás problemas para tener sentimientos y sentirte cerca de otras personas, pero esa será tu manera de sobrevivir. Y tú, mi amor, podrás funcionar como ser humano a pesar de este dolor, porque tienes un espíritu fuerte que puede guardar esto dentro. Y yo te ayudaré.» “No lo olvidarás todo. Serás visitada por tristezas, preguntas, o flashes de imágenes que te dirigirán, como marcando el camino, a explorar lo que pasó. Y dejaré una voz dentro de ti, como una chispa de luz, que te impulsará a reconectar contigo misma, para encontrar a esa persona que eres ahora y que está pidiendo ayuda y cuyo corazón está absolutamente roto. ¡Es posible que no entiendas bien esta voz! Se manifestará como un impulso dentro de ti pero será tu esencia perdida hablándote como pueda a través de tu cuerpo dolorido para que puedas volver y encontrarte a ti misma.»
“Cuando llegue el momento adecuado, empezarás a abrirte. Será un proceso muy largo. Llevará tanto tiempo sanarlo como tiempo has estado en el lugar en donde todo está congelado. Finalmente, tu cuerpo ya no podrá guardar más eso dentro. Tus músculos empezarán a ceder, y sentirás la urgencia de curarte físicamente, y eso dará comienzo al proceso de relajar realmente tu cuerpo y darte cuenta de lo mucho que que ha estado soportando estos años. Esto acarreará dolor físico y emocional durante el proceso. Pero para entonces estarás suficientemente fuerte como para enfrentarte a la verdad y tendrás un amigo muy especial, que será la adulta en la que te has convertido, que te cuidará como nadie más puede hasta que te encuentres a ti misma otra vez.»
“Como todo esto empezará a relajarse, lucharás para liberar tu mente de las falsedades que ha aprendido para sobrevivir, y de las paredes de miedo que te separaban de la verdad. La mente, al principio, creerá que solo la persona que te causó el daño tiene el poder de liberarte de él y necesitará un tiempo para confiar en que eso no es verdad. Lucharás para conseguir que tu mente y tu cuerpo fluyan y vuelvan a ser uno. Pero lo harás, porque eres una persona con plena capacidad y un corazón anhelante de amor. No sé exactamente como será, pero el universo te llevará hacia ahí. Tendrás que ser muy paciente, muy valiente, pero será tu entrenamiento, tu prueba de fuego, tu curación. Y cuando ya lo estés atravesando, serás una persona completa: nueva y a la vez la misma.»
“Ahora quiero que te vayas a la cama. Agitaré mi varita y te dormirás, y cuando te despiertes, habrás olvidado que estuve aquí. Olvidarás que pediste ayuda y no sentirás el dolor del día a día. Esta es la única manera que conozco para que puedas pasar por esto. Eres una niña preciosa. No entiendo las razones para que esta terrible carga recaiga sobre ti pero te quiero y el universo te quiere. Tendrás que quererte lo suficiente para sanarte, y así poder vivir el resto de tu vida de manera plena, llena de luz. Los recuerdos dolorosos seguirán ahí, pero con otra perspectiva. Un día volverás a estar completa. Hasta entonces y para siempre. Te quiero.»