¿Has sentido un dolor de cabeza alguna vez que no se te iba con nada? Te levantas por la mañana y sigue ahí, como ruido de fondo, día tras día a pesar de tomar medicamentos.
Muchos de estos dolores son el reclamo de tu cuerpo para parar a observarte.
En consulta muchas veces observo como ese dolor se atenúa cuando la persona es capaz de expresar y aclarar toda esa maraña de pensamientos relacionados con el presente y el temido futuro y sobre todo cuando es capaz de conectar con la emoción que todo esto le está produciendo.
Desde ahí, es capaz de crear la distancia mínima necesaria para poder observar su realidad y buscar los cambios que le pondrán en el camino de lograr bienestar.